“Un buen músico debe reunir cuatro condiciones:
Una inteligencia bien entrenada...
Un oído bien entrenado...
Herramientas bien entrenadas...
Y un corazón bien entrenado”.
Zoltan Kódaly (1882-1967).
Pilar de la educación musical contemporánea.
¿Qué es el Drumming de Campo? Es el lugar que responde a mi presente, un instante profesional muy elocuente para celebrar mis cuarenta años comprometidos con la docencia de la batería, la música y el ritmo. Trataré de contarles hasta aquí en un esfuerzo enorme para ser breve...
Durante mi juventud musical frecuentaba una vieja casona del barrio de Belgrano en la calle Arribeños y Manuel Ugarte, donde una pintada sobre una pared descascarada de su patio profesaba un pensamiento que no podía pasar desapercibido:
¡No dejes que tu corazón se vuelva standart!
En otras palabras alentaba a no ser complaciente con el modelo reinante, dejar de “caretearla” junto a la corriente con las cosas o situaciones que uno desaprueba en su interior. Los tiempos cambian y pasados los años, aquella frase cobró relevancia cuando comencé a sentirme “fuera de lugar” dentro de la vorágine diaria de CABA. Habían quedado atrás los días de tolerancia vecinal hacia los ensayos y prácticas, los nuevos tiempos de las redes sociales con toda su velocidad trajeron aparejadas “nuevas conductas” en el ambiente que frecuentaba como falta de empatía, ego desmedido, impaciencia, intolerancia, personajes sin experiencia disfrazados de entendidos y demás. Soy de un tiempo donde el ejemplo a seguir tenía como estandarte el espíritu colectivo, una comunidad donde el individualismo (en el sentido negativo de la palabra) no tiene lugar. Ese espíritu podía verse en el interior de las bandas, en la concurrencia a los shows de nuestros favoritos, y también en los músicos “free lance” que acompañaban entusiasmadamente a artistas de diversos géneros (hablo de una época que sin versatilidad no había trabajo). La calidad musical apreciada no solo te devolvía a casa en un estado “duro de domar” (un pernocte eventual en dependencias policiales era otra posibilidad de salida nocturna), lo más importante era decodificar los mensajes ocultos en sus obras e interpretaciones porque estimulaban ardientemente la necesidad de capacitarse musicalmente. Cuando este ambiente placentero comenzó a menguar, empecé a percibir que “se me achicaba la cancha” y como consecuencia, me encontraba llegando a un estado espiritual para nada deseado. Mis neuronas dieron el alerta para bajar la velocidad del metrónomo, cambio de hábitat y costumbres, y para esto consulté al Mejor Especialista en problemas del corazón:
“Confía en el Señor con todo tu corazón, y no te apoyes en tu propio entendimiento.
Reconócelo en todos tus caminos, y Él enderezará tus sendas”.
Proverbios 3: 5-6. Nueva Biblia Latinoamericana.
La ciudad de Alejandro Korn es una comunidad con mucho aire que permite seguir comprendiendo los espacios entre pulsos, los pájaros que acompañan el libre caminar con frases dignas de grandes compositores, los perros ladran a la luna y gracias a su irregularidad, crean un tipo de música incidental. Los bichitos del verano son expertos en sintetizadores, el viento en los árboles enseña cómo hay que moverse en la “bata” que junto a la otra y mucha vegetación circundante, diseña el escenario propicio para agradecer, aprender, ayudar, renovarse, proyectar y continuar. El andar diario “conociendo el aire del lugar” como canta Luis Alberto Spinetta en “En una playa del Animus”, representa un verdadero desafío profesional que a pesar de los infortunios del tiempo presente, el amor es mucho más fuerte habiendo muchas cosas por hacer aquí y desde acá. Muchas cosas han cambiado pero el espíritu es el mismo:
¡Auxiliar al baterista de habla hispana en su crecimiento artístico!
Cuando mis hijos se portaban mal de chiquitos decíamos que llegaría "La Ojota Justiciera" a poner orden al caos, y además de lo anecdotario, me gustan los “superhéroes”. Pienso que ser baterista hoy requiere de los mismos poderes sobrenaturales, también ocurre que soy un “viejo come mierda” pensando que la velocidad de hoy se llevó puesto lo bueno del ayer, que la vorágine de información confunde más que construir, y que la tecnología actual en su peor estado, liquida el amor y orgullo del músico con demasiado “copy & paste”. Sacando las excepciones de siempre, las clases han descendido a pobres niveles de capacitación bajo un lema tipo programa ómnibus “vení a tocar tus canciones favoritas”. Antes que te enojes y te desquites con buenos insultos, digo que los bateristas acompañamos canciones o encaramos una dirección solista. No existen “tablas de la ley” para nuestros sueños, por esto, mi lucha es hacia quienes lo hacen sin brindar un fundamento sólido y las herramientas adecuadas para una buena performance. Si la interpretación precisa no está presente luego de contar cuatro, disculpas de antemano porque al igual que los políticos, te están cagando (a menos que enseñen gratis). Por estas cuestiones y sin entrar en delirios cósmicos o mesiánicos como podemos apreciar últimamente, mi tarea desde Alejandro Korn consiste en RECUPERAR UNA MIRADA SANA DEL DRUMMING, es decir, difundir que la batería no es fast, light ni instantánea... ES UNA FORMA DE VIDA HACIENDO QUE TUS DÍAS TENGAN BUEN RITMO A PESAR DE LAS DIFICULTADES. Eso es.
Si llegó hasta aquí pudo comprobar que este espacio no es apto para personas apresuradas, porque nuestra actividad no es rápida ni tiene tope. Aquí encontrarán escritos de propia autoría, consejos de grandes referentes, material inspirado en maestros, transcripciones, información sobre mis clases y publicaciones, reedición de viejos artículos y contenidos con bastante humor para el bienestar del baterista cualquiera sea su nivel de aprendizaje. En este punto, sus opiniones son significativas para mí, no sea tímido y pregunte lo que necesite (siempre en términos relacionados con el aprendizaje) porque me ayuda valiosamente a diseñar próximos contenidos.
“No se adapten (conformen) a este mundo, sino transfórmense mediante la renovación de su mente”
Aconseja espiritualmente el apóstol Pablo en su carta a los Romanos (Cap. 12; vers. 2)...
“No se apegue a las viejas costumbres, aprenda a pensar de nuevo”
Dice el maestro Daniel Bareimbom...
“Los sueños son las piedras angulares de nuestro carácter”
Escribe el filósofo y naturalista Henry David Thoreau.
Finalizando, para alcanzar nuestros anhelos necesitamos comprender que en pleno siglo XXI con todo su esplendor informático, no estudiamos novedades... ¡Estudiamos las raíces, la tradición, el legado y la evolución de nuestro amado instrumento! En el Drumming de Campo lo hacemos “picando piedras sin firmar autógrafos”...
Desde Alejandro Korn... ¡Un paisano rítmico te saluda!
¡Abrazo con el mejor de los “rolls”!